Me alojé en un ryokan clásico japonés y fue una experiencia muy interesante. La habitación era bastante amplia, decorada con tatami y futones que me hicieron sentir totalmente inmerso en la cultura japonesa. Las vistas desde mi habitación eran verdaderamente preciosas, sobre todo al amanecer. La cena de estilo kaiseki fue una revelación. había una gran variedad de platos y todo estaba presentado de manera espectacular. Sin embargo, el hecho de que el onsen estuviera un poco alejado y la distancia al puerto resultara incómoda, especialmente al llevar equipaje, fue un inconveniente. Además, aunque el tatami y el futón me encantaron, la calidad del sueño no fue la mejor, ya que los futones eran bastante duros. Otro detalle a tener en cuenta es que el servicio de limpieza podría mejorarse. no se limpiaron las habitaciones todos los días y hubo falta de Wi-Fi. A pesar de eso, la tranquildad del entorno al ofrecer senderos cercanos para explorar es un gran punto a favor. Disfruté mucho de la atención del personal, siempre amable y dispuestos a ayudar, pero el check-in tardó un poco y eso fue una pequeña desventaja.

El lugar es encantador, con un ambiente acogedor y cena deliciosa que realmente satisface. La ubicación es buena para disfrutar de la tranquilidad y aún así estar cerca de las atracciones.

Pero, ¡atención! Hacer la cama en tatami es como resolver un rompecabezas complicado.

agradable pero con espacio para mejorar

El servicio fue excepcional, especialmente por la atención del camarero en el comedor, quien hizo que nuestras cenas fueran memorables. La habitación era amplia, bien mantenida y tenía una selección excelente de Yukatas. Además, la vista al mar desde nuestra habitación hizo que nuestras mañanas fueran muy agradables.

El acceso al hotel con equipaje puede ser complicado si no se hace un aviso previo.

Recomiendo reservar la cena Kaiseki al menos un día antes para disfrutar la experiencia completa, su sabor es excepcional.

me esperaba un desayuno exquisito, pero me sirvieron sopa de miso y arroz sin café, ¡qué horror! además, las camas eran más duras que el suelo y el aire acondicionado no funcionaba. antes de escribir una buena reseña, pensé, un pequeño gesto, como una bebida de bienvenida, hubiese sido muy apreciado.

1. Habitación amplia
2. Cena deliciosa
3. Personal atento

1. Hotel alejado puerto
2. Futón incómodo

Me encantó el onsen, ¡fue la mejor manera de relajarme después de explorar! La cena era una verdadera delicia, pero la distancia hasta el puerto es algo incómoda para cargar con las maletas. 😅

El personal fue excepcional, ofreciendo un servicio de lanzadera gratuito muy útil y una cena japonesa deliciosa con una variedad para disfrutar. La ubicación es muy tranquila, perfecta para sumergirse en la naturaleza.

La conexión Wi-Fi no fue muy estable durante nuestra estancia.

La habitación era tan espaciosa que me sentí como un emperador en su palacio, con tatami en el suelo y un futón que me abrazaba más que mi abuela. Además, la conexión Wi-Fi en las áreas comunes me permitió compartir mi felicidad sin interrupciones.

Baño compartido

Las vistas desde la habitación eran maravillosas, aunque las camas eran demasiado duras.

La ubicación es bastante tranquila, ideal para explorar. Fuimos con mi padre y disfrutamos del baño en el onsen tras un largo día paseando. La habitación era amplia y acogedora, con vistas al jardín que disfrutamos mucho.

A mis hijos les hubiera gustado tener más opciones en la cena.

Los baños termales eran geniales y muy relajantes. Aunque un poco alejado de la costa, el lugar es super tranquilo. El personal es extremadamente amable y te recogen del puerto, lo cual fue muy útil.

100% recomendable

Experiencia auténtica y deliciosa

Pasamos una noche maravillosa en un ambiente totalmente japonés. La comida fue un verdadero festín de sabores autóctonos y el servicio del personal fue excepcional. Recuerda probar el onsen, perfecto para relajarte después de un día explorando. Lleva tu propio café si no te gusta el té.

El onsen es pequeño pero te relaja mucho. La cena fue increíble, una experiencia deliciosa. El hotel está a unos 20 minutos del puerto y es un poco incómodo llegar con equipaje. Perfecto para hacer senderismo y disfrutar de la naturaleza en paz.

Las habitaciones eran espaciosas y acogedoras, decoradas con tatami y futones.

Más opciones de cena para personas mayores.